GRAN RESERVA CON POCO CUERPO

Se estrenó el jueves la serie Gran Reserva en TVE 1, con una buena acogida de la audiencia, pero algunas críticas a su primer capítulo, que lo dejan todavía en categoría de cosechero o crianza.

Demasiados posos de personajes y tramas, soltados a bocajarro, para el primer episodio, que dejan demasiada carga de aromas y sabores, corcho, cuero, madera y frutas. Muchas diferencias entre unos actores y otros, con figuras sin definir. Como si intentaras hacer un buen vino con mezcla de variedades muy distintas: un puntito de garnacha, relleno de tempranillo, y unos toques de malvasía, viura, etc., todo bien mezclado y servido a la temperatura adecuada.

Bien por la promoción de La Rioja y del Rioja, mejor que en I love Escassi, pero me niego a entrar en la crítica tardía y con formas lamentables como ha hecho nuestra parlamentaria esta semana.

"Tal vez Inmaculada Ortega buscaba un protagonismo fatuo y quiso forzar la oportunidad de ver en las primeras páginas de los periódicos del día siguiente una fotografía tomada en el momento de ser desalojada de su escaño y a la fuerza por la policía. De lo contrario resulta inexplicable que una diputada con su experiencia y trayectoria, una persona tantos años dedicada a la difícil y noble tarea de elaborar y aprobar leyes, se empeñara en un ejercicio de contumacia tan poco edificante y peligroso como el que resulta de transmitir a los administrados el mensaje de que las normas están para no ser cumplidas; que uno se puede saltar a la torera lo reglamentado; que está permitido ningunear a la autoridad legítimamente constituida y, si conviene a los intereses propios, incluso provocar un desaguisado institucional.

Resulta evidente que el acatamiento de las normas no significa que deban aceptarse de manera acrítica las decisiones de quienes son depositarios de la autoridad para interpretarlas y aplicarlas. Por supuesto que el papel del árbitro es cuestionable, rebatible y hasta censurable. En el deporte, como en la política, se puede discutir si determinada acción es merecedora de una amonestación verbal, de una tarjeta amarilla o de una tarjeta roja, pero resultaría escandaloso que un jugador se negara a abandonar el terreno de juego después de haber sido expulsado. Más aún si como consecuencia de esa actitud se provoca la suspensión del partido." (Diario La Rioja, Prusén, "Las reglas del juego", domingo 18/04/2010

Quizás demasiadas copas en manos de los bodegueros: pienso que, en esto como en todo, el que se dedica a eso, no soporta tener todo el día una copa de vino en la mano fuera del trabajo.

Sabrosas las notas afrutadas de la preciosa fotografía con los campos de Finca Valpiedra, paisajes de Briones, Cenicero, en alguna escena quise adivinar la torre de la Iglesia de Fuenmayor, los meandros del río Ebro, una maravilla.

Exceso de química o sulfitos (el primero en morir, lo hace envenenado por un escape químico, que malogra además toda la cosecha del año) y también de física, podíamos cambiar el título por "Sexo entre cepas" o "Cuernos a discreción". No puedo creer que sea imposible hacer una serie española sin que salgan tantas escenas de cama demasiado explícitas. Lo poco gusta, pero lo mucho cansa. En el primer episodio se están encontrando ya demasiados paralelismos con Falcon Crest, con su Angela Chaning, los Gioverty, Lorenzo Lamas (el rey de las camas), etc. En fín, en las tramas, nada nuevo bajo el sol, pero en lo demás la apuesta de nuestra televisión pública por los paisajes, aromas y sabores que no son los de California, sino los de nuestra tierra riojana.

Esperemos que durante los 12 capítulos restantes vaya progresando adecuadamente hasta hacerla memorable como serie que perdure en nuestro recuerdo al igual que esas con sagas familiares del estilo de Dallas, Dinastía, etc., los ingredientes los tiene, veremos como se transforma en el tiempo hasta llegar a catalogarla como un auténtico Gran Reserva.

P.D. Que me disculpen los lectores, que sean entendidos sommelliers, porque he empleado los términos como simples recursos literarios, con total desconocimiento de la parte técnica. Aunque reconozco que al buen vino me acostumbro pronto y no hay como beberlo siempre bueno para saber distinguirlo del malo.