7.5.13

"ALGUNOS TIEMPOS PASADOS FUERON MEJORES, DE LA ILUSIÓN A LA APATÍA POLÍTICA"


  Dicen que la distancia es el olvido. Yo, como el bolero, no entiendo esa razón porque quién renuncia a su pasado como referencia para aprender y avanzar, nunca tendrá un punto de arranque, pero lamentablemente, tampoco nunca será referente de nada.Otros hablan de que el pasado ya pasó, el futuro está por llegar y que lo que hay que afrontar es el presente. 
 En el caso de la política deberíamos recuperar valores que algunos, por su propio beneficio, decidieron enterrar en el pasado. Yo, como socialista, quiero recordar y recuperar, en lo posible, la esencia de los primeros años de la democracia. 
 Este 8 de mayo se cumplen treinta años de las segundas elecciones municipales y autonómicas de la democracia. Ese día la ciudad de Logroño daba la mayoría absoluta al PSOE. En las elecciones autonómicas ocurría lo mismo. Manolo Sáinz y José María De Miguel, a la cabeza de sus equipos, se disponían a cambiar y a hacer avanzar esta tierra. En el caso de Manolo, era la primera vez que esta ciudad tenía un alcalde socialista. 
 Para ser justos hay que recordar, en estas líneas, a la persona a quién sustituyó Manolo Sáinz, Miguel Angel Marín, recientemente fallecido. A raíz de su muerte, han surgido muchos comentarios positivos sobre su figura, pero me sorprendió como dio a cada concejal, fuera o no de su grupo, un área de responsabilidad. Parece ser que, en esos albores de la democracia, los políticos no eran enemigos acérrimos y colaboraban todos por el bien de los ciudadanos. Y una se pregunta: ¿en qué momento eso cambió? Ahora, da la sensación de que se busca el aniquilamiento del contrario, que no importa que yo tenga un caso de corrupción si tú tienes dos, parece que se busca más el beneficio propio que el colectivo.
    Entonces, ¿en qué momento eso cambió? Yo creo que caben varias explicaciones y quizás cada cual tengamos la nuestra, pero a mí sólo se me ocurre aquella a la que la generalidad de la población echa la culpa. Fue por la profesionalización de la política. En la actualidad, ya sea en cargos públicos o dentro de organizaciones políticas, existen demasiados "liberados". Encadenan legislaturas dedicados a la política, de tal modo que ya no recuerdan cuál era el oficio de procedencia, si es que procedían de alguno. Esto supone un error de bulto en cualquier partido, pero mucho más e imperdonable en uno de izquierdas y que se dice obrero.
 Recuerdo una anécdota de infancia. El profesor preguntó por la profesión de los padres y un compañero dijo que su padre era presidente. Ante la hilaridad de la clase, el profesor le preguntó de qué era presidente. El niño dijo que de la comunidad de propietarios. El profesor explicó al niño que su padre sería obrero, médico o bombero y que temporalmente ejercía ese puesto. Ahora resulta que, esta anécdota, podría no serlo y encontraríamos niños que, ante esa pregunta, respondan que su papá o su mamá son políticos y esa respuesta es inaceptable. Ser político no puede ser una profesión, porque cuando un ciudadano hace de la política su profesión, tenderá más a defender su sueldo y su modus vivendi que el interés general y eso provoca el nacimiento de un cainismo innecesario. Se anulan los tonos grises, todo se convierte en blanco o negro, dejan de existir proyectos globales compartidos y el horizonte del político no vislumbra más allá de la legislatura: llegar a las siguientes elecciones y seguir enganchado al sueldo público sea de lo que sea, pero alejándose cada día más de la realidad social.
  Pero este texto, que pretendía rendir homenaje a los equipos de Manolo Sáinz y Jose María De Miguel quiere hacerlo extensivo a todos los que han dedicado y dedican un tiempo de su vida al bien público y que, cumplido su mandato, abandonaron la política y volvieron a retomar su vida privada, recuperando su trabajo de toda la vida y no entendiendo la política como una profesión.
  Al intentar citar aquellas listas del PSOE  del año 83 y a la corporación municipal salida de las urnas en aquel 8 de mayo, nos dejaríamos algún nombre, así que, desde estas líneas, todo mi respeto y agradecimiento a quienes entonces decidieron prestar su esfuerzo y su tiempo con el noble fin de ponerse al servicio de los ciudadanos.
 Hoy es triste comprobar que, con frecuencia, no se abordan ciertos temas porque el otro partido no lo hace. "No dimitas", que ellos no lo hacen. Yo no tengo nada que opinar sobre los demás partidos políticos, pero si tengo claro en qué quiero que cambie el mío: que se asuman con valentía los temas pendientes y latentes en la sociedad como son el modelo de estado, la relación con la Iglesia, la reforma de la Constitución y de la ley electoral, una Ley de transparencia aplicable a todos, etc. Que se asuman los cambios internos de forma inaplazable: que el voto de cada militante tenga el mismo valor, combatir el clientelismo. Hay que intentar construir el mejor partido posible para que el socialismo democrático vuelva a ser un instrumento transformador y defensor de nuestro modelo de sociedad, en pro de los servicios públicos que sustentan nuestro Estado de Bienestar.
 Y ante todo, hay que luchar contra la apatía política y hacer que, cual astenia primaveral, sea sólo una cuestión estacional. Tenemos que ser modelos activos de compromiso social y conseguir atraer al resto de los ciudadanos a participar en la política del día a día. Porque la política es cosa de todos, hay que dignificarla y que se vea sin privilegios, como propia, porque todos se sientan políticos. Porque de la política dependen los cambios y de los cambios, el futuro de todos, como así fue, tal día como hoy, hace 30 años.
 Resurrección Cruz Vallejo
Secretaria Organización PSOE/LOGROÑO 
(Tribuna publicada Diario La Rioja 6 de mayo 2013)