Otro fin de semana hemos amanecido con otra desgracia, muestra de cúmulo de casualidades, falta de previsión pero, sobre todo y ante todo, una vez más, de la ESTUPIDEZ HUMANA.
Hace unas semanas, el cruce de las vías por lugar indebido, en la noche de san Juan, para ir de fiesta y, básicamente, a beber desenfrenadamente en la playa. Ahora en Alemania, para un concierto de tecno y convertir el LOVE PARADE en DEAD PARADE. Nunca pasan cosas de estas para ir a una oferta de empleo, llegar pronto a trabajar, etc. Siempre tenemos que convertir los momentos de ocio y diversión, en lugares de desastre, como en muchos acontecimientos deportivos, incendios de discotecas y salas de fiesta, etc.
Nunca vamos a aprender a resignarnos en que no debemos entrar a los sitios, cuando salta a la vista que se ha sobrepasado el aforo, que falta el oxígeno, que por no acudir a los lugares o eventos de moda no significa que seas menos que nadie, ni de otro planeta. Simplemente, eres menos estúpido que los demás y, con un poco de suerte, vivirás para contarlo.
No podemos evitar lo inevitable, pero no nos limitemos a culpar a organizadores, fuerzas y cuerpos de seguridad de los estados, etc., cuando todos sabemos cuando no cabemos, materialmente, en un lugar o no tenemos las mínimas condiciones, no para movernos o caminar, sino simplemente, para respirar, o ¿ acaso nos volvemos ciegos, sordos y mudos de repente ? Va a ser que los efectos del alcohol en sangre, no nos dejan percibir la realidad, nos hacen perder los sentidos y la sensibilidad y que no es verdad que la gente bebida vea doble y triple, porque entonces la avalancha humana se hubiese visto doblada y triplicada, ¿ y quizás evitada ?