8.6.11

MINISTRO Y PRESO 44.904

Jorge Semprún encarnó como nadie la conciencia, y el espíritu crítico de su época. Activista, resistente, agitador, político comunista, rebelde y narrador. Ex ministro y gran memorialista, su vida se apagó en la noche del martes en París, la ciudad que siempre amó, en su casa y con 87 años cumplidos. Un vida intensa, plena, plagada de acontecimientos trágicos y felices que registró en una obra de altísima calidad que le otorgó el reconocimiento como uno de los grandes intelectuales europeos de la segunda mitad de un siglo XX de que conoció de primera mano sus grandes horrores. Superviviente nato, pasó por el campo de concentración de Buchenwals, denunció los excesos del estalinismo y se ganó a pulso su etiqueta de intelectual íntegro e insobornable.
Semprún se enfrentó a su muerte con valentía. Hace un año publicaba un estremecedor artículo en 'Le Monde' en el que se despedía con entereza de la vida, mientras luchaba contra el cáncer que iba minando su existencia.
"Ni resignado a morir ni angustiado por la muerte, sino irritado, extraordinariamente incómodo ante la idea de que pronto ya no estaré...", escribía en un artículo titulado 'Mi último viaje a Buchenwald'. Más tarde se apartaba lúcido del tablero de juego de la vida afrontando una fecha emblemática, el 11 de abril de 2010, el 65 aniversario de la liberación del campo de concentración nazi por las tropas norteamericanas del general Patton, tomando parte en un acto de homenaje en que afirmó por última vez lo que siempre pensó que tenía que decir. Aseguró sentirse perteneciente a un mundo que se iba con él. Su compromiso quedó plasmado en la película 'Los caminos de la memoria'.
Miembro de un familia acomodada e implicada en la política y en la vida cultural y académica española desde el XIX, Jorge Sempún Maura nació en Madrid el 10 de diciembre 1923. Nieto por línea materna del político conservador Antonio Maura, presidente del Consejo de Ministros con Alfonso XIII, su padre fue catedrático diplomático y ministro de la República en el exilio.
Exilio en Holanda
Fue activista político antes que intelectual. Tras la guerra civil se exilió a Holanda primero y luego a Francia con su familia. En París culminó su bachillerato y la carrera de Filosofía y Letras en La Sorbona. Miembro del Partido Comunista español, tomó parte muy activa en la resistencia francesa contra la ocupación nazi. Detenido por la Gestapo fue deportado en 1943 al campo de exterminio de Buchenwald. Marcado con el número 44.904 pudo sobrevivir al exterminio sistemático que se cobró la vida de al menos diez mil españoles.
Liberado en 1945, al término de la guerra trabajó en París para la Unesco como traductor y frecuentó los círculos intelectuales parisinos. Su firma se hizo habitual en Tiempos Modernos, la revista de Jean Paul Sartre.
Muy comprometido con su militancia comunista bajo el seudónimo de Federico Sánchez, fue elegido miembro del comité central del partido en 1953. Bajo esa identidad, que convertiría también en un alter ego literario realizó su primer viaje clandestino a la España franquista. Alternó su militancia política con la intelectual y tuvo una decisiva participación en la formación de la editorial y la revista Ruedo Ibérico, un foco de resistencia que desde Paris desafiaba la dureza del régimen franquista. Sus compañeros de aventura intelectual en aquel tiempo se llamaban José Ángel Valente, José Bergamín, León Felipe, Antonio Saura, Enrique Tierno Galván o Juan Goytisolo.
A finales de los sesenta regresó a España de incógnito y escribió su primera novela, "El largo viaje", que le daría el premio Formentor. Poco después planta cara a los rectores comunistas, que encabezados por Santiago Carrillo, fuerzan su expulsión del PCE.
Afianza entonces su carrera como escritor, publicando en francés los títulos que luego traduciría al castellano. Obras como 'La segunda muerte de Ramón Mercader' y 'Autobiografía de Federico Sánchez' -Premio Planeta en 1977-. En los años ochenta aparecen 'Vaya Domingo', 'La Algarabía', 'Montand', 'La vida continúa', 'La montaña blanca' o 'Netchaiev ha vuelto'.
Sucesor de Solana
A finales de los ochenta se deja invitar por el presidente Felipe González, que le ofrece sustituir a Javier Solana al frente del Ministerio de Cultura. Durante su mandato, que se prolongó hasta 1991, jugó un papel decisivo en la adquisición de la colección Thyssen por parte del Gobierno español. También diseñó un programa de ayuda a la cinematografía, regulado por una norma que se conoció como el 'decreto Semprún'. Preparó la primera ley del Mecenazgo de la democracia y logró desbloquear el conflicto en el reparto del legado de Salvador Dalí.
Muy crítico con un PSOE sacudido por la corrupción en los tiempos del 'caso Juan Guerra', Semprún dejaría la cartera de Cultura, que le fue encomendada a otro destacado militante comunista en tiempos del franquismo, el que fuera ponente de la Constitución Jordi Solé Tura. Por esas fechas, Semprún regresó a París. Volvió entonces a la narración memorialística. "Federico Sánchez se despide de ustedes" le sirvió para pasar factura a sus desencuentros con la política española. "Viviré con su nombre, morirá con el mío" fue la obra que retrata con mayor crudeza los horrores de los campos nazis, lastre de un siglo del que fue testigo de excepción.

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