VOLVER...LA ESPALDA A LA CRISIS

Ayer, con unos amigos, aprovechamos el sábado para hacer turismo rural, ir de compras, dar a conocer la Rioja Baja, esa gran desconocida, pero sobre todo, ahora que se lleva tanto, volver y sentir las raíces de una.

Os voy a poner los dientes largos con todo lo que allí se puede encontrar. Dicen que cada pueblo huele diferente, pero en esta, mi tierra, huele a tantas cosas....: tomillo, romero y espliego, pino y té de roca en la zona más seca, pero a tierra mojada e infinidad de frutos de su fértil vega en la parte de los valles.

Empezamos por Rincón de Olivedo o Las Casas, tierra de almendros, olivos, rico aceite y una industria alpargatera, al rebufo de la cercana Cervera del Río Alhama. Compramos alpargatas, de esas de altas plataformas modernas que luce doña Letizia, por supuesto, pero recordé los orígenes de las suelas de yute o cáñamo, que al igual que las sogas de La Armada Invencible, en la Batalla de Lepanto, salieron de esta tierra. De allí, nos trasladamos a Igea, donde nos

recibe la réplica de un dinosaurio para recordarnos que estamos en pleno yacimiento de icnitas. Allí está el árbol fósil mejor conservado, el precioso y grandioso Palacio del Marqués de Casas-Torres (mis amigos se quedaron con las ganas y se tuvieron que conformar con mi descripción del interior, porque lleva años cerrado por desacuerdos internos de la actual familia propietaria) y la Iglesia de La Asunción.

Comimos en el merendero de los padres de una amiga, pero visitamos dos más, de grupos de amigos que se encargan de restaurar, cuidar y supervisar. Todos comentamos que, en estos sitios, no se notaba apenas la crisis: materiales de construcción de primera, decoraciones a la última, no se escatima detalle...riete tú de la crisis. Va a ser verdad lo de las bondades de la economía sumergida, mira tú por donde.

Después de la super-comida, nos sentamos en la terracita del mítico Avenida de Igea, donde mi amiga recordaba haber celebrado el banquete de su primera comunión, ja,ja, y de allí nos desplazamos a Arnedo, ciudad del calzado, por la tortuosa comarcal para demostrar a un par de incrédulas amigas que el célebre pueblo de Turruncún, deshabitado y donde sueles mandar a la gente por lejano o desconocido, sí que existía y no era una leyenda urbana. En Arnedo, estuvimos en el polígono Outlet- Multimarcas creado un poco, a imagen y semejanza de Las Rozas en Madrid o La Roca del Valles en Gerona, centrándose, sobre todo, en el calzado (Fluchos, Gorila, Callaghan, Mustang, etc.), pero todavía a años luz de aquellos, aunque por algo se empieza.

Hicimos ya planes para una segunda fase del viaje, incluyendo mi cuna natal Aguilar del Río Alhama con el yacimiento de Contrebia Leukade, Inestrillas con la casa familiar de la cupletista Raquel Meller (mujer moderna, creativa y pionera de las que tanto admiro) y también con importantes restos arqueológicos, el paseo por la Vía Verde desde allí a Cervera, el Balneario de la Albotea, las minas de pirita de Navajún. Tenemos la mayor reserva natural de buitres leonados en la Sierra de Alcarama y águilas imperiales.

Vamos que, a mí, con un programita de esos de la primera donde rememoran los pueblos y gentes de tu infancia, no tendría ni para empezar, necesitaría toda una serie de capítulos. Menuda riqueza en estos tiempos de crisis...porque, si habeis podido apreciar, no os he hablado ni de vino, ni de castellano, ni de camino de Santiago, lo único de lo que hablan nuestros políticos, descendiendo muchos de ellos de esta zona. Debe ser que cada uno entiende diferente lo de hacer patria, como pasa con el fútbol y los toros, vamos...que todo se politiza con fines diversos y ocultos (esto último para los que quieren no ver lo evidente).