Acabo de enterarme por televisión de una sentencia, pionera en nuestro país, por haber hecho retirar de un colegio público todos los crucifijos de las aulas, en un alarde de libertad de conciencia y demostración de laicismo, como decía el representante de la parte que lo denunció.
Hasta aquí todos contentos, pero esto de la crucifixión que según todos aprendimos, cuando siempre había crucifijo, foto del caudillo (soy de la cosecha del 69) o del rey o los reyes, sólo pasa en la Semana Santa. Pero resulta que, dentro de un mes justo, en todos los centros públicos "se monta el Belén" con los de figuritas, los vivientes con los alumnos disfrazados de pastorcillos, San José, Niño Jesús, Reyes Magos, Virgen María, ángeles y arcángeles y todos los padres se dan de tortas porque la niña vaya de Virgen y no de vulgar pastorcilla o paje del rey Baltasar. Tiene "campanillas" el temita.
Salimos a la calle y tienen los santos "cascabeles", esos mismos padres, de clamar al cielo porque Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, los renos cuyos nombres me sabía, el Orentxelo, carbonero o el "caganet" catalán, no son costumbres españolas. ¡Anda y vete a tocar la pandereta y la zambomba!
No queda aquí la cosa porque, a ver quién no se "pica" con la vecina o la cuñada, en las próximas Primeras Comuniones, con crisis o sin ella, para que los niños no vayan de marinero raso sino de almirante y la niña con más lazos que los vestidos de Escarlata O´hara en "Lo que el viento se llevó". Bueno, sin hablar de las bodas por la Iglesia que, para muchos, son más boda o están casados como Dios manda y el resto viven o se casan por lo pobre.
Los niños que no se bautizan con el traje de "cristianar", heredado, amarillento de viejo, que el crío tiene que esnifar todo el alcanfor fabricado ese año, y para que parezca un hijo de las infantas o los mismos príncipes y, de lo contrario, se "queda morito" y hay que hacerlo por los abuelos.
Aprendimos, los que lo hicimos, que eso se llama ser un poquito "fariseo", que por algo se empieza, pero que lo que hace falta cambiar es la mentalidad, cultura o forma de pensar del personal: que la Navidad es la Semana blanca para esquiar para muchos, que ha quedado en una fiesta consumista y, menos mal, que sigue siendo familiar, Semana santa para ir a la playa, etc., entonces empecemos por cambiar ya terminologías como en el resto de países de Europa y vamos a dejarnos de fiestas religiosas, si sólo las sienten unos pocos y tengamos los períodos vacacionales necesarios cada trimestre o cuatrimestre por nuestra salud mental.
Resumiendo: retiramos el crucifijo, pero mi niña va de ángel con alas blancas al Belén del colegio público del barrio. Argumento de peso si alguien tuviese tiempo y paciencia para denunciar estas tonterías de nula solución pero tan hondo calado popular, por más que algunos lo veamos claro y empecemos a tener jurisprudencia en dicha dirección.
3 comentarios:
Hola ciber:
Atrevido artículo que sinceramente me hace reflexionar. Yo siempre he planteado el tema del crucifijo y poco más. Así que como se suele decir, me ganas por la mano.
En cualquier caso y retomando el principio del asunto, me parececería mejor no tener que pleitear y por su puesto no estar al criterio del consejo escolar de turno. este asunto se saca un decreto y santas pascuas.
Ciau cibermilitante....
Ya os decía yo que el tema tenía calado y había gente para todo y con tiempo para ir por la calle denunciando lo de las imágenes: ahora la Virgen del Pilar de un Cuartel de la Guardia civil, pero, insisto: ya vereís como ponen Belén en casa aunque no pisen la iglesia más que en las bodas, bautizos y comuniones y porque después hay comida y "fiestuqui".
Los argentinos y uruguayos ya tienen nombre para las vacaciones de Semana Santa, las llaman vacaciones de turismo. Ejem. " Yo en Turismo iré a esquiar". Todo es empezar.
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