
Por esos contrastes del sensacionalismo reclamado a los medios, un país culto como Francia puede caer en la peligrosa amalgama de fustigar al mismo tiempo la poligamia y el velo islámico, con resultados dudosos a corto plazo.
Y si faltaban ingredientes, una investigación sobre proxenetismo que involucra a varias estrellas del fútbol francés, a priori Franck Ribery (Bayern Munich) y Sydney Govou (Lyon), por recibir los servicios de una prostituta adolescente en esos tiempos.
A estas historias se añade otro capítulo no menos "amarillo" que señalaba al mismísimo presidente de la República, Nicolás Sarkozy, y a su esposa, la ex modelo y cantante Carla Bruni con el suyo.
Para que el supuesto escándalo sonara bien tenía otros añadidos que salpicaban a la secretaria de Estado para la Ecología, la elegante Chantal Jouanno, campeona de kárate por cierto, y al popular cantautor Benjamín Biolay.
Pero volvamos al punto de partida. En medio de una incisiva campaña para suprimir en Francia el burqa y el niqab que cubren casi todo el rostro de las mujeres musulmanas, a una de ellas se le intentó poner una multa de tráfico en la ciudad de Nantes.
La infracción se volvió contra su esposo de origen argelino Lies Hebbadj, amenazado con perder su nacionalidad francesa.
Al defenderse de las acusaciones de poligamia, afirmó que "las amantes no están prohibidas en Francia" ni tampoco por el Islam. Con ironía acotó que "si se despoja de la nacionalidad por tener amantes, muchos franceses la perderían". A lo que yo respondería al señor Hebbadj que "los amantes" tampoco están prohibidos, ni en Francia, ni en todo el mundo civilizado, otra cosa es que sus mujeres se atrevan. Que le quede claro que su mujer, con la nacionalidad francesa, si quiere puede tenerlos. Otra cosa es lo que el Islam=los hombres, le permitan.
El fiscal de la República en Nantes, Xavier Ronsin, subrayó que ni el fraude (otra acusación lanzada contra Hebbadj ya que pedían ayudas familiares todas sus mujeres, como solteras) ni la poligamia pueden ser causa para retirar la nacionalidad. Precisó que si un hombre casado tiene cinco amantes, no es problema de la ley.
Ciertamente, el tema de la proscripción del burqa y el niqab, por ser considerados ultrajantes para la mujer, tiene amplio respaldo de la población (70 por ciento), aunque también abrió una caja de Pandora en el terreno de las comparaciones. Se mencionan ahora con insistencia y tonos críticos los velos de las católicas, los hábitos de las monjas y los crucifijos. No es buen momento para la iglesia, a raíz de las espeluznantes revelaciones de los abusos cometidos por curas pedófilos en el mundo.
Govou al parecer no tiene problemas, en tanto las miradas apuntan con más fuerza sobre el joven delantero Karim Benzema (Real Madrid) que dicen tuvo relaciones con la chica cuando ésta tenia 16 años de edad.
Y nosotros aquí en España, preocupados por lo de la chica de Madrid asistiendo a clase con velo y el derecho a la educación, cuando el tema esconde muchos más temas convergentes. Lo ha explicado bastante claro Savater en El País:
..."En cualquier caso, debe recordarse -más allá de lo que el reglamento de cada centro señale en materia de indumentaria- que el laicismo es democráticamente exigible en las instituciones públicas, como las educativas, pero no en las personas individuales. Al contrario, las instituciones deben ser escrupulosamente laicas para que las personas puedan profesar la religión que prefieran o rechazarlas todas. No es lo mismo que presida el aula un crucifijo que ver una crucecita o una medalla de la Virgen al cuello de un alumno (por cierto, que la madre de Cristo sea virgen ¿no es también símbolo de menosprecio opresivo de la sexualidad de la mujer?). Ciertas veladuras, como el burkaniqab, resultan incompatibles con la enseñanza o el DNI, pero otras son tan asumibles como cualquier moda... que también es una forma de religión light. En cuanto a la discriminación femenina, lo importante es que las leyes amparen cualquier reclamación que hagan las interesadas contra imposiciones familiares o vejaciones sociales, pero sin querer doblegar por exceso de paternalismo sus propias elecciones. No vaya a ser que acabemos intentando salvar a las mujeres de sí mismas, como ya se hace con quienes desean fumar o tomar sustancias que el Alto Mando desaprueba. En nuestro país, el laicismo se ve mucho más conculcado por la oferta obligatoria de religión en la enseñanza pública o por el Concordato que por los pañuelitos de las adolescentes. Basta de hipocresías. o el
Como siempre, debemos recordar el dictamen de aquel teólogo alemán del siglo XVI: "En lo necesario, unidad; en lo no necesario, libertad; y siempre, caridad". Esta es la única religión y el único laicismo compatible con nuestra democracia y los derechos humanos".