
El caso es que buscando pecado en la tabla final de referencias donde se hacía alusión a "pecado imperdonable", "pecado mortal","pecado original","pecado que clama venganza" o "pecado venial", sin empezar la búsqueda, se me ha vencido la Biblia sobre el sofá, quedando abierta por La Epístola de San Pablo a los Romanos. Y he pensado que la fe movía montañas y encima me escribía la nueva entrada.
Os voy a citar sin que parezca una homilía, aunque lo haga en el Día del Señor unos retazos bastante reveladores:"Afirmando que eran sabios se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por la semejanza de una imagen corruptible de hombre y de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por ellos los entregó Dios, con las concupiscencias de sus corazones, a la impureza de deshonrar en ellos mismos sus propios cuerpos; y cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y veneraron y adoraron a la criatura en vez de al Creador, que es bendecido por los siglos".
Y continua: " Por ello no tienes excusa, oh hombre, quienquiera que seas, si juzgas, pues mientras juzgas a otro, a tí mismo te condenas; tú, en efecto, que juzgas, haces lo mismo que él...¿Y tú piensas, oh hombre que juzgas a los que esas cosas obran y las haces tú mismo, que vas a escapar a la condenación de Dios? ¿O desprecias la riqueza de su bondad, de su paciencia y de su longanimidad sin conocer que la bondad de Dios te conduce al arrepentimiento"
Como veis, "para muestra un botón", en la Iglesia nos han leído y nos han contado siempre lo que les ha convenido y encima pretenden seguir haciéndolo y a nivel político e institucional. Menos mal que ya les ha dejado claro y cristalino la vicepresidenta Fdez. de la Vega que el pecado no es ningún término jurídico y que, como tal, no puede aparecer en ningún proyecto de legislación.
Yo no se si estos mercenarios de su especial Iglesia que no de Dios, vivirían más felices en tiempos de la Inquisición o de las Cruzadas, ambas páginas memorables de su particular historia, pero no me digais que no es de juzgado de guardia el escuchar a los obispos hablar de: arrepentimiento público, deber de confesión y de recibir la absolución. Se atreven a dar un aviso a navegantes a los políticos católicos y ponen sus subjetivos términos: "situación objetiva de pecado", "nadie que atienda a los imperativos de la recta razón puede aprobar ni dar su voto a este proyecto de ley"" no podrán ser admitidos a la sagrada comunión" (y, a renglón seguido hablan de que tienen sus medios para saber a quién se la tienen que dar o no, al más puro estilo Torquemada, vamos).
Aludió Martínez Camino a una carta de Ratzinger, de 2004, donde decía que "no todos los asuntos morales tienen el mismo peso moral que el aborto o la eutanasia" "Puede haber una legítima diversidad de opinión entre católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la eutanasia" Lo dicen ellos, que nadie más, que conste y juzgan sin deber hacerlo, como hemos demostrado que dice la Biblia, luego ¿ que Libros Sagrados lee esta gente ? El Financial Times, El Expansión o el best-seller mundialmente conocido y no publicado todavía "Como vivir del cuento, haciendo

Como se les va viendo el plumero, a Dios gracias, ya les ha dicho Bono que dejen de condenarle por ser socialista porque a Pinochet, que era un asesino desalmado se le dió la comunión de manera vergonzosa. Además hizo alusión a que no vió tal enconamiento de la jerarquía católica con el PP, que mantuvo vigente la despenalización del aborto en sus 8 años de gobierno, lo que dió lugar a 115.000 abortos al año.
Otro que también las ha liado pardas en otras ocasiones, lease Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo, habla de que la reforma de la ley esconde un ambicioso plan para introducir entre otras cosas, la propagación del aborto como derecho machista de la mujer (que no se como digerir, la verdad) y la restricción de los derechos de conciencia en los facultativos sanitarios.
Yo os diría, para terminar, no temais a Dios, temed a los hombres que, en su nombre, hablan de lo que desconocen y cometen tantas tropelías. Amén o así sea...