Anoche, por fín, después de todas las ganas que tenía de verla, me pude quitar el gusanillo. Como siempre que veo estas historias, noveladas, pero basadas en dramas verdaderos y, a pesar de que me encanta este género y cómo estan realizadas y perfectamente documentadas, me dejan un gran sabor amargo quizás porque, a pesar de muchos avances, nos queda mucho por cambiar.

Muchos de los que la hayais visto me tachareís de exagerada, pero sin dar pistas para quién no la haya disfrutado todavía, os voy a dar mis argumentos.
Ahora que hablamos de la gran polémica de la EPC (Educación para la ciudadanía) y que se han quejado tanto los objetores hasta la decisión del TS: yo ayer lo recordaba viendo la de años que hemos pasado en España imponiéndonos el tipo de educación que quisieron, izando y bajando la bandera en los patios, entonando el "cara al sol" con el brazo en alto, gritando viva España y pensaba que como podían tener,hoy en día, algunos la santa cara de imponer como obligatoria la asignatura de Religión con lo que la hemos padecido todos.
También me quedaba patente la gran persecución por las ideas y a quién se perseguía: a intelectuales como profesores, poetas y pensadores libres, por el simple hecho de pensar diferente, educar diferente a sus hijos y no claudicar a sus intereses.
Me quedé también pensando, ahora que se habla tanto de lo vigilados que estamos, de la poca privacidad y de la Ley de Protección de Datos, que aquéllo era el verdadero estado policial, con la estrecha relación Iglesia/Estado y que pidiendo favores te podías enterar de la vida de cualquiera, por no hablar de los chivatazos por venganza.

Para terminar, es un ejemplo de la falsa moral de la gente, no sólo de Iglesia, sino de la que se autodefine religiosa: cuando el religioso es soldado en la guerra es un putero y cuando vuelve al seminario como diácono quiere dárselas de hombre santo. Pues no el que es lascivo y de mirada sucia lo es siempre, señores, y de virtuoso nada. Pero de esto podemos hablar mucho: todos se casaban por la iglesia porque el civil no existía para ellos y las mujeres éramos sus concubinas. Aprobamos la Ley del divorcio y, esos mismos hacían colas para separarse de la parienta y quizás terminar con la amante de turno, tantos años oculta. O se cansaban de promocionar las virtudes de sus hijas, educadas en las Ursulinas, y no dejaban de hacer viajes a Londres a abortar.
Finalizo con las menciones a nuestros riojanos participantes: fue coescrita por Rafael Azcona, hace un papel estelar nuestro Javier Cámara y se menciona la traducción que está haciendo al alemán del descubrimiento del wolframio por los Hnos. D'Elhuyar, aunque fuese para beneficio de Hitler.

Solo me resta dar gracias por el hecho de que, aunque tuvimos en aquellos años tantos y tantos girasoles ciegos, nunca más existan rosas (socialistas, claro) sordas ante las injusticias, ni mudas para proclamarlas.